DOLOR MUSCULAR : QUÉ LO PRODUCE Y CÓMO ALIVIARLO
El dolor muscular, especialmente en el cuello, espalda y lumbares, suele ser de los principales motivos de consulta de fisioterapia. Actualmente, dada la situación actual en la que vivimos donde la adaptación al cambio es permanente, la incertidumbre se prolonga en el tiempo más de lo deseado y nuestros hábitos de vida en algunos casos han cambiado completamente, no es de extrañar que aumente la aparición de dolores y contracturas.
El síndrome de dolor miofascial
es una patología dolorosa, aguda o crónica donde el músculo presenta bandas tensas contraídas dolorosas o hipersensibles.
Cuando el músculo es solicitado de una forma excesiva, ya sea por una sobrecarga aguda o repetitiva, aparecen contracturas
localizadas que provocan una compresión en los capilares, lo cual favorece a su vez la aparición de zonas a lo largo de todo el músculo donde el aporte de oxígeno será menor. En estas zonas con menor aporte de oxígeno, el músculo libera sustancias que van a disminuir el pH produciendo una mayor acidez, lo cual va a activar a nuestros receptores del dolor.
¿ Qué circunstancias pueden favorecer que estas contracturas persistan en el tiempo?
- Alteraciones posturales como escoliosis (desviación de la columna), dismetría de miembros inferiores (una pierna más corta que otra), bruxismo...
- Actividades de la vida diaria como teclear un ordenador por ejemplo pueden provocar estrés mecánico en el músculo. Actualmente con el incremento de teletrabajo , me encuentro con muchas personas que refieren no disponer de las condiciones ergonómicas adecuadas en sus domicilios, lo cual aumenta más todavía esta sobresolicitación muscular.
- Factores metabólicos como falta de hierro, vitamina D o la disminución de la hormona tiroidea también pueden contribuir a mantener la tendencia a contracturarse que algunos músculos presentan.
¿Cómo trabajamos en consulta este tipo de dolencias?
La radiofrecuencia es una técnica complementaria a la terapia manual que permite acelerar la recuperación de lesiones y aliviar el dolor junto con la inflamación de forma más rápida.
Existen diversas técnicas manuales mediante las cuales podemos detectar y tratar las zonas dolorosas y/o bloqueadas.La mezcla de ambas técnicas permite amplificar nuestro tratamiento , pudiendo reducir el número de sesiones.
A la sesión en consulta podemos añadir pautas de ejercicios, estiramientos, pequeños cambios de hábitos...
Todo dependerá obviamente del problema y su orígen.
¿Cuándo es conveniente ir al fisio? ¿Tengo que ir aunque no me duela?
Si no tenemos dolores y nos sentimos bien, no es necesario venir a consulta, salvo si practicamos deporte, queremos prevenir lesiones , descargar después de una competición etc...
Pero tampoco deberíamos esperar a tener episodios muy agudos.
Cuando llegamos a consulta con mucho dolor, tenemos que digamos primero "apagar el fuego". En una fase subaguda o crónica, es cuando podemos realmente introducir cambios en el cuerpo, que perduren más tiempo evitando así que el problema se repita.
Al principio normalmente hay que hacer las sesiones más seguidas y el objetivo será ir espaciando las sesiones cada vez más, conforme vamos mejorando.
A medida que vamos avanzando en el tratamiento, el cuerpo va reaccionando a la terapia más rápidamente.
El dolor va disminuyendo en intensidad, en localización, en frecuencia...,la postura mejora, y empezamos a "olvidarnos" progresivamente de la zona del cuerpo que nos dolía. La atención deja de estar tan focalizada y la mejoría se va instalando.
¡Si sufres dolor de forma recurrente desde hace tiempo, no dudes en consultar!










