¿PERIMENOPAUSIA O MENOPAUSIA? ¿CÓMO NOS AFECTA EL ESTRÉS EN ESTA ETAPA?

Perimenopausia, menopausia ¿Cuál es la diferencia?
Uno de los errores más comunes es utilizar estos términos como sinónimos cuando en realidad tienen significados diferentes.
Imaginemos una mujer con menarquia (primera regla) a los 12 años y última regla a los 54.
Diríamos que de 12 a 45-48 aproximadamente estaría en premenopausia, a partir de los 45-48 hasta 54 estaría en perimenopausia y una vez que ha pasado un año desde su última menstruación, estaría en menopausia.
Durante la perimenopausia, que puede durar entre 4 y 10 años antes de la menopausia, existe mayor “vulnerabilidad hormonal” , en el que el estrés juega un papel clave en la exacerbación de los síntomas.
¿Cómo impacta el estrés crónico en la perimenopausia?
El estrés crónico es una de las principales causas de alteraciones hormonales en las mujeres durante la perimenopausia.
Vamos a explicar de manera simplificada y breve nuestro eje hormonal femenino: El eje hipotálamo-hipófisis-gónadas (HPG) .
El hipotálamo produce una hormona, GnRH que estimula la hipófisis para que produzca FSH y LH que a su vez estimulan a los ovarios para producir estrógenos y progesterona respectivamente.
Durante la perimenopausia, se producen fluctuaciones hormonales impredecibles muchas veces, que van a ser responsables de ciclos irregulares….que pueden a su vez producir los síntomas que ya conocéis como alteraciones del sueño, cambios de humor, cansancio , sofocos, sudoración nocturna, alteraciones en el patrón de sangrado menstrualetc….
Por otro lado, para hacer frente al estrés el cuerpo utiliza entre otros, el eje HPA (hipotálamo-hipófisis-adrenales) .
El hipotálamo produce CRH que estimula la hipófisis para que produzca ACTH que a su vez estimula las glándulas suprarrenales para que produzcan cortisol.

.
Desde los 35 hasta los 50 años aproximadamente (evidentemente esto varía mucho de una mujer a otra), nos encontramos con una reducción del 35% en los niveles de estrógenos y un 75% en los niveles de progesterona.
La bajada de estrógenos puede provocar síntomas más depresivos y la bajada de progesterona, síntomas más tipo ansiedad.
Cuando el cuerpo está sometido a estrés crónico, los niveles de estrógenos y progesterona pueden bajar aún más. ¿Por qué se produce esto?
Todas las hormonas sexuales se producen a partir de colesterol que digamos es la molécula madre de la cadena.
Del colesterol se produce pregnenolona y a partir de ella hay dos vías.Se produce progesterona o DHEA.
A partir de la progesterona se produce cortisol y a partir de DHEA se producen estrógenos.
Si mi cuerpo necesita mucho cortisol para desinflamar, dará prioridad a la formación de cortisol en vez de a la de progesterona.

Los estrógenos también pueden verse afectados pero en menor medida, ya que la progesterona digamos es materia prima para formar cortisol.
Si a ello le añadimos que de forma natural la caída de progesterona es mayor que la de estrógenos en perimenopausia, todavía será mayor el descenso. "Llueve sobre mojado"
Muchas veces saber qué parte corresponde a la perimenopausia en sí y cuál corresponde a estrés crónico es difícil y cada una puede retroalimentarse con la otra.
Dado que en el contexto actual la mujer suele tener hijos pequeños en estas edades, se combina una época de enorme exigencia de crianza, laboral etc…con una etapa en la que fisiológicamente el eje HPG se encuentra en un momento de transición.
Entendemos por estrés no sólo el emocional, sino también el físico ( alimentación inadecuada, falta o exceso de ejercicio con recuperación insuficiente, falta de sueño , falta de tiempo libre, microcarencias nutricionales etc….)
El estrés crónico no es bueno para nadie, ni en ninguna etapa, pero en ésta en concreto, sería posiblemente más dañina que en otras.
En definitiva, si te encuentras en esta etapa, no te olvides de dedicar tiempo de calidad para tí y convierte tu salud en una prioridad.
Si tienes diversos síntomas y no sabes cómo hacerle frente, la PNI (psiconeuroinmunología clínica) puede ayudarte mucho . Analizar tu estilo de vida y combinar diversos cambios junto con suplementación y ejercicio adecuado, puede ser de gran ayuda.
Si tienes síntomas de suelo pélvico , l a fisioterapia uroginecológica puede también darte herramientas para gestionar estos años lo mejor posible y mejorar esta musculatura tan importante.
Si tienes problemas con tu suelo pélvico, alteraciones hormonales o estás pasándolo mal con la menopausia, no dudes en consultar.Para las consultas de suelo pélvico, puedes reservar cita en la web y para las de psiconeuroinmunología contacta directamente por telefóno.

¿Sabías que el hipotiroidismo es más común de lo que parece?
El hipotiroidismo no es una enfermedad rara. De hecho, se calcula que hasta 1 de cada 10 personas, puede tener algún grado de hipofunción tiroidea, y en muchos casos ni siquiera saberlo.
Hablamos de hipotiroidismo cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas , lo cual va afectar a múltiples sistemas del cuerpo, incluyendo el musculoesquelético.
Dado que las hormonas tiroideas son fundamentales para el metabolismo energético y la función muscular, si disminuyen sus niveles podemos encontrar síntomas como debilidad muscular, disminución de fuerza, fatiga, calambres, rigidez, peor tolerancia al ejercicio…e incluso hormigueos en manos y/o pies.
En la esfera uroginecológica, además de síntomas en relación con debilidad de suelo pélvico, podemos tener también estreñimiento , que en disfunciones como incontenincia urinaria , descenso de órganos pélvicos ….no nos favorece nada.
Con fisioterapia, podemos paliar estos síntomas mediante ejercicio adaptado. Es importante el tipo de actividad que te viene mejor a tí en tu contexto actual, y también es primordial saber cuánto ejercicio es el adecuado. Dosificar la actividad deportiva, no es fácil pero es fundamental tenerlo en cuenta.
Como ya comentamos en el artículo anterior donde hablábamos de la dosis hormética, poco ejercicio me perjudica, pero un exceso o una planificación inadecuada, tampoco me va a aportar beneficio.
La terapia manual y osteopatía pueden ayudar a disminuir los dolores, tensiones musculares y hormigueos. También podemos reducir la inflamación de bajo grado y mejorar el sistema nervioso autónomo.
En reeducación de suelo, podemos mejorar tu sintomatología y la función de esta esfera tan importante. La mejora de conciencia corporal de esta zona y la comprensión de cómo funciona nuestro cuerpo, es clave para no normalizar trastornos.
El dolor en relaciones sexuale s, la incontinencia urinaria o incluso el hipotiroidismo no significa normalidad.
Que sea frecuente en la población y a partir de cierta edad, no significa que sea normal o que sea propio del envejecimiento.
Si tienes alguno de los síntomas que hemos mencionado, no dudes en consultar.

Muchas veces en consulta se formula la siguiente pregunta: ¿Cuánto ejercicio hago y cuál es el que me conviene realizar?
“Me han dicho que correr es malo, que mejor natación o yoga…”
Es fácil que tengamos dudas al respecto, porque la verdad es que decidir cuánto ejercicio pautamos no es fácil. Podemos medir y cuantificar un suplemento o medicamento, pero ¿cómo hacemos con el ejercicio?
Para entenderlo mejor vamos a hablar de varios conceptos :exposoma, hormesis, homeostasis y capacidad alostática.
EXPOSOMA
El epidemiólogo Christopher Wild en 2005 acuñó el término exposoma como “conjunto total de exposiciones ambientales y factores endógenos que una persona experimenta desde su nacimiento hasta su muerte”.
Digamos que es todo aquello a lo que estamos expuestos , tanto externo (contaminación, luz, alimentación) como interno (hormonas, inflamación, metabolismo).
Esto incluye:
- Factores físicos (radiación, temperatura, contaminación)
- Factores químicos (fármacos, tóxicos, nutrientes)
- Factores biológicos (microbiota, virus, patógenos)
- Factores psicosociales (estrés emocional, relaciones interpersonales, nivel socioeconómico)
El exposoma es dinámico y cambia a lo largo del tiempo. Su impacto en cada uno, depende de la dosis, la frecuencia y la interacción con nuestra genética y epigenética.
HOMEOSTASIS
La homeostasis es la capacidad del organismo para mantener un estado interno estable frente a cambios en el entorno. Es decir, mi temperatura corporal es siempre la misma haga frío o calor. Mi glucosa en sangre se ajustará en función de mis necesidades para no sobrepasar unos límites ni demasiado altos ni demasiado bajos. Con el pH pasa lo mismo etc….
Es nuestro equilibrio interno. Y el exposoma vendrá a romper este equilibrio constantemente.
Cuando los cambios a los que tenemos que hacer frente son intensos o demasiado prolongados en el tiempo, entra en juego nuestra capacidad alostática .
CAPACIDAD ALOSTATICA
Cuando aquello que nos rompe el equilibrio es intenso o perdura mucho tiempo, por ejemplo estrés, inflamación crónica, ejercicio extremo, alimentación inadecuada…tendremos que adaptarnos a ello y si lo logramos, se producirán cambios positivos en nuestro organismo, que nos permitirán continuar con nuestro equilibrio. Es decir, NO enfermaremos.
Por ejemplo en el contexto del ejercicio físico, las personas que realizan deporte de manera regular desarrollan adaptaciones cardiovasculares para mantener un menor ritmo cardíaco en reposo, aumentan la eficiencia mitocondrial para producir energía, mejoran la sensibilidad a la insulina y la regulación del metabolismo de la glucosa, aumentan la masa muscular y ósea…etc…
Si esta carga alostática, es decir este esfuerzo por adaptarse al ambiente es excesivo o sostenido durante demasiado tiempo , entraremos en fatiga alostática , lo que podrá generar desgaste y enfermedades crónicas.Esta vez SI enfermaremos.
HORMESIS
Dicho todo esto, dentro del exposoma, algunos factores pueden actuar como horméticos , es decir, generar una respuesta beneficiosa en dosis bajas o moderadas, pero pueden ser dañinos en dosis altas.
Por ejemplo, el ejercicio físico en dosis adecuadas, mejora la fuerza, la resistencia y la salud metabólica. En exceso, genera inflamación crónica y riesgo de sobreentrenamiento.
La exposición al frío aumenta la producción de grasa parda, mejora la sensibilidad a la insulina y fortalece la termorregulación. En exceso, puede causar hipotermia y estrés oxidativo.
La exposición al calor (saunas, baños termales) mejora la circulación y reduce inflamación. En exceso, puede causar deshidratación y daño celular.
El selenio, zinc, hierro, cobre, manganeso…son esenciales en dosis bajas, pero tóxicos en exceso.
El ayuno intermitente o restricción calórica, activa la autofagia, mejora la longevidad y la sensibilidad a la insulina. En exceso, puede generar pérdida muscular, alteraciones hormonales y estrés metabólico.
Psicológicamente un estrés agudo controlado (retos, discursos en público, exposición a incertidumbre o riesgo moderado) Mejora la tolerancia al estrés y la neuroplasticidad, pero en exceso, puede generar agotamiento y trastornos de ansiedad.
"Todas
las cosas son veneno y nada es sin veneno, sólo la dosis hace que una cosa no
sea un veneno." Paracelso
(Dosis sola facit venenum.)
Ya lo dijo Paracelso en el siglo xv. Esta frase siempre me ha encantado y siempre la tengo presente.
Tendemos a totalizar, a querer recetas generales y simples. Pero ni somos simples como organismos, ni somos iguales unos y otros.
El objetivo no es evitar el estrés, sino exponerse a él en la dosis correcta para generar adaptación.
Pautar un ejercicio a un paciente, implica conocer no sólo su patología o lesión, sino su contexto del momento.
Si tienes dudas sobre qué práctica deportiva o actividad física es más adecuada para tí y cómo puedes iniciarla en tus hábitos, no dudes en consultar.







