LA COLUMNA VERTEBRAL: EL PILAR DE NUESTRO CUERPO
 
  
La columna vertebral, como su propio nombre indica, tiene como función sostener nuestro tronco y cabeza, siendo también el apoyo para el movimiento de las extremidades y el apoyo para nuestros órganos.
Además de proporcionarnos esta solidez, debe permitirnos el movimiento natural, con lo que no puede ser una estructura rígida únicamente, sino que nos tiene que dotar también de movilidad en todos los planos del espacio.
Necesitamos estabilidad pero a la vez movilidad.
Debido al estilo de vida actual donde además de otros factores, las posiciones sentadas y poco activas son frecuentes, la patología postural es muy frecuente, favoreciendo la aparición de dolores de espalda y desequilibrios musculares .
La columna vertebral no es completamente recta. Si la observamos de perfil veremos que presenta una serie de curvas que se van desarrollando desde que nacemos conforme nos vamos adaptando a la gravedad y conseguimos mantener la posición erguida para posteriormente caminar de forma bípeda.
En la zona dorsal la curva tiene convexidad posterior ( cifosis ) y en la columna cervical y lumbar, la curvatura tiene una convexidad anterior ( lordosis ). Estas curvas pueden perder su forma normal y aumentar o rectificarse. En general cuando oímos hablar de hiperlordosis, nos referimos a que la curvatura lumbar está aumentada y cuando hablamos de hipercifosis, la que está aumentada es la columna dorsal.
 
  
Contrariamente, también podemos encontrarnos con rectificaciones, donde la columna se encuentra recta, como se suele apreciar frecuentemente en la columna cervical,  después de haber sufrido accidentes de tráfico. 
La columna dorsal, especialmente la región situada entre los omóplatos también se observa rectificada en una gran parte de las personas que acuden a consulta por dolor de espalda.
 
  
Por otro lado cuando observamos la columna de frente, al contrario que de perfil, lo normal es que no haya ninguna curva y que esté recta. Cuando se producen desviaciones laterales, hablamos entonces de escoliosis 
.
Pero esta desviación es algo más compleja: Además de la curvatura lateral vista de frente, las vértebras están giradas y puede combinarse esta asimetría con una reducción de la cifosis e hiperlordosis.
Normalmente, en la escoliosis, trazando una línea en los cuerpos vertebrales de las vértebras límite de la desviación, se calcula un ángulo que permite clasificar la escoliosis entre leve (hasta 30º), moderada (de 30 a 50º) y graves (más de 50º).
Las escoliosis pueden tener una, dos o tres curvas. La más frecuente es la doble (normalmente dorsal derecha y lumbar izquierda) y la más rara es la cervicodorsal.
En función de la gravedad, evolución, edad del paciente....será necesario realizar tratamiento de fisioterapia, corsé ortopédico, cirugía....
El tratamiento con el método Pilates 
está indicado siempre como ejercicio saludable, pero tiene su indicación correctora en las escoliosis evolutivas, ya que se trata de crear un “corsé postural”.
Con los ejercicios de Pilates, el paciente mejora la postura con lo que se puede estabilizar o retardar la evolución de las curvas, pudiendo en función del caso mejorar la desviación.
 ¿Qué conseguimos practicando Pilates cuando tenemos escoliosis? 
Cronológicamente de corto a largo plazo:
- Mejorar nuestra conciencia postural.
- Mejorar la respiración.
- Flexibilizar los tejidos blandos (musculatura, ligamentos…)
- Movilizar las articulaciones en todos los planos.
- Alinear de forma correcta las articulaciones.
- Fortalecer nuestra musculatura profunda
- Automatizar los cambios conseguidos integrándolos en las actividades de la vida diaria.
Si presentas dolores de espalda o desviaciones de columna, no dudes en consultar.










