EJERCICIOS DE KEGEL: PARA QUÉ SIRVEN Y CÓMO REALIZARLOS CORRECTAMENTE.PARTE 2

En el artículo de la semana pasada hablábamos sobre los beneficios
que pueden aportarnos los ejercicios de Kegel y cuándo a groso modo
es conveniente realizarlos o no.
Esta semana completamos describiendo algunos errores típicos, al realizarlos.
¿QUÉ ERRORES SOLEMOS COMETER CUANDO REALIZAMOS EJERCICIOS DE KEGEL?
1.Posición de la pelvis y de los miembros inferiores.
Antes de empezar, debemos partir de un buen posicionamiento de nuestra pelvis y miembros inferiores. Si vamos a realizar los ejercicios tumbada boca arriba, puedes realizar un triángulo formado con tus manos colocando los dedos encima del pubis y los pulgares la altura del ombligo. El triángulo deberá permanecer paralelo al suelo, de tal manera que tu pelvis esté en posición neutra. Los pies deberán estar paralelos igual que las rodillas para evitar posiciones de rotación interna o externa de cadera.
2. Exceso de fuerza.
A veces tendemos a pensar que “Cuanto más
mejor” y realizamos contracciones excesivas pensando en que así
fortaleceremos más rápido. Una contracción submáxima es mucho más
eficaz que una máxima. Luego contrae a la mitad de fuerza de lo que
harías de forma espontánea.
3. En algunos casos hay personas que empujan en vez de contraer . Es algo que se realiza de forma involuntaria y que a veces cuesta reeducar. Si tienes dudas, puedes utilizar un espejo o realizar una autopalpación para comprobar qué es lo que realiza tu musculatura cuando piensas en contraer.En estos casos puede ser de utilidad utilizar técnicas como la electroestimulación y el biofeedback (ya hablaremos de ello en otro artículo) para realizar una r eeducación propioceptiva y mejorar la conciencia corporal de la zona.
4. Cuando se contrae la musculatura de suelo pélvico, el abdomen no debe contraerse en exceso. Es cierto que hay una sinergia entre suelo pélvico y musculatura abdominal, pero éso no significa que el abdomen se abombe, las costillas bajen, la pelvis se mueva.....ya que significaría que por debilidad compensamos con los rectos abdominales o los oblicuos externos, aumentando la presión de la cavidad abdóminopélvica.
5. Debemos evitar lo que llamamos las contracciones parásitas
, donde
la musculatura por ejemplo de la cara interna de los muslos o los
glúteos, a veces se contrae para compensar la falta de fuerza y
debilidad del suelo pélvico.
6. ¿Dónde y cuándo realizar estos ejercicios? A veces alguna
paciente me comenta que por falta de tiempo los realiza mientras
conduce, esperando el autobús…. Estos ejercicios en general como
otros que practiquemos, requieren su momento y su lugar. Como decíamos
antes, además de fortalecer vamos a mejorar la conciencia de la zona
y la propiocepción, con lo que es importante estar presente en lo
que hacemos
como con cualquier otro trabajo corporal y tomarnos
nuestro tiempo sin prisas. Calidad siempre por encima de cantidad.
7. Otro error común es quedarse en apena mientras realizamos los ejercicios. Puede facilitar su aprendizaje asociar el hecho de contraer a espirar en un principio, pero el objetivo deberá ser posteriormente desvincular la respiración y poder realizar contracciones y relajaciones de esta musculatura con respiración libre.
8. Por último y no menos importante, aunque pienso que es algo ya bastante extendido y sabido, recordad que NUNCA hay
que interrumpir la micción para fortalecer el suelo pélvico.
Esta
práctica afortunadamente caída en desuso, muy lejos de fortalecer
nuestra musculatura, puede ocasionarnos infecciones de orina, así
como trastornos del control de la micción.
Si tienes dudas sobre cómo realizas los ejercicios de Kegel o cuándo y cuántos estarían indicados en tu caso, no dudes en consultarme.

¿Sabías que el hipotiroidismo es más común de lo que parece?
El hipotiroidismo no es una enfermedad rara. De hecho, se calcula que hasta 1 de cada 10 personas, puede tener algún grado de hipofunción tiroidea, y en muchos casos ni siquiera saberlo.
Hablamos de hipotiroidismo cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas , lo cual va afectar a múltiples sistemas del cuerpo, incluyendo el musculoesquelético.
Dado que las hormonas tiroideas son fundamentales para el metabolismo energético y la función muscular, si disminuyen sus niveles podemos encontrar síntomas como debilidad muscular, disminución de fuerza, fatiga, calambres, rigidez, peor tolerancia al ejercicio…e incluso hormigueos en manos y/o pies.
En la esfera uroginecológica, además de síntomas en relación con debilidad de suelo pélvico, podemos tener también estreñimiento , que en disfunciones como incontenincia urinaria , descenso de órganos pélvicos ….no nos favorece nada.
Con fisioterapia, podemos paliar estos síntomas mediante ejercicio adaptado. Es importante el tipo de actividad que te viene mejor a tí en tu contexto actual, y también es primordial saber cuánto ejercicio es el adecuado. Dosificar la actividad deportiva, no es fácil pero es fundamental tenerlo en cuenta.
Como ya comentamos en el artículo anterior donde hablábamos de la dosis hormética, poco ejercicio me perjudica, pero un exceso o una planificación inadecuada, tampoco me va a aportar beneficio.
La terapia manual y osteopatía pueden ayudar a disminuir los dolores, tensiones musculares y hormigueos. También podemos reducir la inflamación de bajo grado y mejorar el sistema nervioso autónomo.
En reeducación de suelo, podemos mejorar tu sintomatología y la función de esta esfera tan importante. La mejora de conciencia corporal de esta zona y la comprensión de cómo funciona nuestro cuerpo, es clave para no normalizar trastornos.
El dolor en relaciones sexuale s, la incontinencia urinaria o incluso el hipotiroidismo no significa normalidad.
Que sea frecuente en la población y a partir de cierta edad, no significa que sea normal o que sea propio del envejecimiento.
Si tienes alguno de los síntomas que hemos mencionado, no dudes en consultar.

Muchas veces en consulta se formula la siguiente pregunta: ¿Cuánto ejercicio hago y cuál es el que me conviene realizar?
“Me han dicho que correr es malo, que mejor natación o yoga…”
Es fácil que tengamos dudas al respecto, porque la verdad es que decidir cuánto ejercicio pautamos no es fácil. Podemos medir y cuantificar un suplemento o medicamento, pero ¿cómo hacemos con el ejercicio?
Para entenderlo mejor vamos a hablar de varios conceptos :exposoma, hormesis, homeostasis y capacidad alostática.
EXPOSOMA
El epidemiólogo Christopher Wild en 2005 acuñó el término exposoma como “conjunto total de exposiciones ambientales y factores endógenos que una persona experimenta desde su nacimiento hasta su muerte”.
Digamos que es todo aquello a lo que estamos expuestos , tanto externo (contaminación, luz, alimentación) como interno (hormonas, inflamación, metabolismo).
Esto incluye:
- Factores físicos (radiación, temperatura, contaminación)
- Factores químicos (fármacos, tóxicos, nutrientes)
- Factores biológicos (microbiota, virus, patógenos)
- Factores psicosociales (estrés emocional, relaciones interpersonales, nivel socioeconómico)
El exposoma es dinámico y cambia a lo largo del tiempo. Su impacto en cada uno, depende de la dosis, la frecuencia y la interacción con nuestra genética y epigenética.
HOMEOSTASIS
La homeostasis es la capacidad del organismo para mantener un estado interno estable frente a cambios en el entorno. Es decir, mi temperatura corporal es siempre la misma haga frío o calor. Mi glucosa en sangre se ajustará en función de mis necesidades para no sobrepasar unos límites ni demasiado altos ni demasiado bajos. Con el pH pasa lo mismo etc….
Es nuestro equilibrio interno. Y el exposoma vendrá a romper este equilibrio constantemente.
Cuando los cambios a los que tenemos que hacer frente son intensos o demasiado prolongados en el tiempo, entra en juego nuestra capacidad alostática .
CAPACIDAD ALOSTATICA
Cuando aquello que nos rompe el equilibrio es intenso o perdura mucho tiempo, por ejemplo estrés, inflamación crónica, ejercicio extremo, alimentación inadecuada…tendremos que adaptarnos a ello y si lo logramos, se producirán cambios positivos en nuestro organismo, que nos permitirán continuar con nuestro equilibrio. Es decir, NO enfermaremos.
Por ejemplo en el contexto del ejercicio físico, las personas que realizan deporte de manera regular desarrollan adaptaciones cardiovasculares para mantener un menor ritmo cardíaco en reposo, aumentan la eficiencia mitocondrial para producir energía, mejoran la sensibilidad a la insulina y la regulación del metabolismo de la glucosa, aumentan la masa muscular y ósea…etc…
Si esta carga alostática, es decir este esfuerzo por adaptarse al ambiente es excesivo o sostenido durante demasiado tiempo , entraremos en fatiga alostática , lo que podrá generar desgaste y enfermedades crónicas.Esta vez SI enfermaremos.
HORMESIS
Dicho todo esto, dentro del exposoma, algunos factores pueden actuar como horméticos , es decir, generar una respuesta beneficiosa en dosis bajas o moderadas, pero pueden ser dañinos en dosis altas.
Por ejemplo, el ejercicio físico en dosis adecuadas, mejora la fuerza, la resistencia y la salud metabólica. En exceso, genera inflamación crónica y riesgo de sobreentrenamiento.
La exposición al frío aumenta la producción de grasa parda, mejora la sensibilidad a la insulina y fortalece la termorregulación. En exceso, puede causar hipotermia y estrés oxidativo.
La exposición al calor (saunas, baños termales) mejora la circulación y reduce inflamación. En exceso, puede causar deshidratación y daño celular.
El selenio, zinc, hierro, cobre, manganeso…son esenciales en dosis bajas, pero tóxicos en exceso.
El ayuno intermitente o restricción calórica, activa la autofagia, mejora la longevidad y la sensibilidad a la insulina. En exceso, puede generar pérdida muscular, alteraciones hormonales y estrés metabólico.
Psicológicamente un estrés agudo controlado (retos, discursos en público, exposición a incertidumbre o riesgo moderado) Mejora la tolerancia al estrés y la neuroplasticidad, pero en exceso, puede generar agotamiento y trastornos de ansiedad.
"Todas
las cosas son veneno y nada es sin veneno, sólo la dosis hace que una cosa no
sea un veneno." Paracelso
(Dosis sola facit venenum.)
Ya lo dijo Paracelso en el siglo xv. Esta frase siempre me ha encantado y siempre la tengo presente.
Tendemos a totalizar, a querer recetas generales y simples. Pero ni somos simples como organismos, ni somos iguales unos y otros.
El objetivo no es evitar el estrés, sino exponerse a él en la dosis correcta para generar adaptación.
Pautar un ejercicio a un paciente, implica conocer no sólo su patología o lesión, sino su contexto del momento.
Si tienes dudas sobre qué práctica deportiva o actividad física es más adecuada para tí y cómo puedes iniciarla en tus hábitos, no dudes en consultar.







