¿POR QUÉ CUANDO VOY AL FISIO ME TRATA EL PIE, SI LO QUE ME DUELE ES LA ESPALDA?
A lo largo de los últimos 100 años nos hemos basado en general en un modelo de pensamiento reduccionista y mecánico, es decir examinamos las cosas desmenuzándolas cada vez en partes más pequeñas para analizar la función de cada una de ellas.
En el campo de la fisioterapia se ha estudiado el movimiento como una aproximación entre las extremidades de un músculo, las articulaciones de manera aislada etc... Pero a partir de principios del siglo XX empiezan a cambiar las cosas. La física evoluciona hacia un lenguaje de asociaciones, con lo que desde el punto de vista de la fisioterapia también se producirá, aunque algo más tarde, un nuevo enfoque y una nueva perspectiva:
Observar relaciones sinérgicas, reuniendo las partes del cuerpo en vez de separarlas.
Todos más o menos
conocemos nuestros músculos, nuestros huesos...pero sin embargo la
red fascial que nos une, nos resulta un concepto menos familiar.
¿Qué es la fascia
?
La fascia o tejido conjuntivo es una red de comunicación integral
del organismo.
Un tejido es un
conjunto organizado de células y podemos distinguir 4 tipos:
Epitelial, nervioso, muscular y conjuntivo.
El tejido conjuntivo, del que vamos a hablar en este artículo, es tejido de conexión, está por todas partes. El cartílago, el hueso, el sistema linfático, la sangre...son diferentes tipos de tejido conjuntivo.
Este tejido une cada célula del organismo a las células vecinas.
Esta red fascial
presenta múltiples funciones, entre otras, sostén y estabilidad .Sin este sostén digamos que el
cerebro seria una especie de natilla pringosa, el hígado se
desparramaría por la cavidad abdominal y terminaríamos siendo un
charco a nuestros pies.
La fascia nos sujeta y nos da forma.
Aunque a grandes rasgos el buen funcionamiento de la fascia está determinado por la nutrición, la genética y el ejercicio, se puede afectar también como consecuencia de un esfuerzo excesivo, un traumatismo o un déficit de movimiento.
Ya que este tejido conecta unas células con
otras, es importante que se encuentre en buen estado para que
nuestras células se nutran y se hidraten correctamente, con lo que los bloqueos y tensiones fasciales, perturbarán en mayor o menor
medida el metabolismo celular.
Hace unas semanas hablábamos de los husos neuromusculares , como otro sistema de comunicación que utilizan los músculos para informar al sistema nervioso sobre nuestros movimientos. La red fascial, presenta su propio sistema de comunicación consigo misma. Simples tracciones o impulsos se transmitirán directamente de fibra a fibra, de célula a célula. Un tirón en la red fascial repercutirá en otras zonas como cuando se nos engancha un jersey o tenemos una tela donde el tejido está mal cosido
Ahora podremos comprender un poco mejor cómo cualquier lesión en una parte del cuerpo, tendrá su repercusión en otras.
Por ejemplo, un dolor de pie puede modificar mi apoyo y generarme dolores lumbares, pero también una lesión lumbar puede acabar generando un mal apoyo del pie. No siempre es fácil distinguir quién empezó primero.
A veces en consulta, los pacientes llegan con dolores o bloqueos intensos, lo cual implica que pasemos toda la sesión trabajando en esa zona para “apagar el fuego”. Pero eso no quita que realmente debamos tener una visión global del organismo e integremos la zona tratada con el resto del cuerpo.










