EL EMBARAZO Y SUS CAMBIOS

El embarazo es una etapa de la vida intensa, donde en tan solo 9 meses se producen realmente cambios sorprendentes en el cuerpo de la mujer.
Para comprender un poco mejor la repercusión que tienen estos cambios en nuestras sensaciones, hablaremos primero brevemente de qué es la fascia y de cómo se organiza.
La fascia es un tejido de conexión omnipresente en el cuerpo que se extiende, compartimenta y envuelve todas las estructuras anatómicas. De esta manera podemos hablar de una unidad funcional del cuerpo , es decir, como una tela de araña, todas las estructuras se relacionan entre sí. Lo que afecte en un área del cuerpo tendrá consecuencias en otras.
A medida que el bebé va creciendo y ocupando más espacio en el interior del cuerpo materno se van a producir diversas modificaciones. El útero crece a una velocidad rápida y llega a sobrepasar la región pélvica ocupando la cavidad abdominal. Al final del embarazo se sitúa debajo de las últimas costillas, lo cual puede reducir un poco la amplitud respiratoria. Este desarrollo uterino conlleva cambios en el posicionamiento de los órganos abdominales y pélvicos, y adaptaciones de la región lumbopélvica.
Los cambios hormonales tienen diferentes efectos sobre el metabolismo. La progesterona y la relaxina favorecen la relajación ligamentosa sobre todo en la sínfisis púbica y las articulaciones sacro-iliacas, facilitando así la adaptación de la pelvis al crecimiento fetal. La progesterona puede disminuir del peristaltismo intestinal pudiendo generar trastornos de estreñimiento.
El crecimiento uterino modifica la estática del cuerpo materno.El centro de gravedad que se desplaza hacia delante y arriba, el aumento de peso y el aumento en la elasticidad de los tejidos, pueden producir molestias osteoarticulares y dolores de tipo inflamatorio de los ligamentos que se distienden bajo el efecto de la impregnación hormonal.
La curvas de la columna aumentan (sobre todo la lumbar) y la pelvis se posiciona en anteversión (el sacro se horizontaliza). Estas modificaciones de las curvas van a aumentar la tendencia a contracturarse de los músculos psoas-iliaco, isquiotibiales, piramidales y músculos extensores del raquis.
La vivencia del embarazo, el parto, más el hecho de convertirse en madre, son acontecimientos potentes que van a marcar la vida de la mujer. Nunca sabemos cómo vamos a ser madres o padres, con lo que sobre todo en los primeros meses después del parto, descubrimos otra versión completamente nueva de nosotros mismos. La toma de decisiones y responsabilidades nuevas, junto con los cambios en el estilo de vida, llega de una forma bastante rápida con lo que en función de la respuesta de cada uno la adaptación a la nueva vida será más o menos compleja.
Todas estas modificaciones pueden generar en mayor o menor medida, desde leves molestias o sensación de incomodidad, hasta bloqueos con dolores realmente agudos que pueden empañar o dificultar, una vivencia en la mayor parte de las ocasiones esperada con unas expectativas bastantes altas.
¿Qué puede aportar la fisioterapia?
Además de enseñaros a realizar correctamente el masaje perineal que puede ayudar a disminuir la aparición de desgarros o episiotomías durante el parto, si liberamos las tensiones mecánicas de la región pélvica, podemos contribuir a que los tejidos tengan mayor maleabilidad y capacidad de adaptación a este nuevo estado corporal. Podemos disminuir dolores , mejorar la conciencia corporal de un “nuevo cuerpo” y mejorar la sensación de mal-estar que a veces sentimos. Una mejor relación con nuestro cuerpo reforzará a la mujer para vivir la experiencia del parto con un mayor potencial y mejores recursos.
Si estás embarazada y quieres más información, no dudes en consultarme.
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en Pixabay

¿Sabías que el hipotiroidismo es más común de lo que parece?
El hipotiroidismo no es una enfermedad rara. De hecho, se calcula que hasta 1 de cada 10 personas, puede tener algún grado de hipofunción tiroidea, y en muchos casos ni siquiera saberlo.
Hablamos de hipotiroidismo cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas , lo cual va afectar a múltiples sistemas del cuerpo, incluyendo el musculoesquelético.
Dado que las hormonas tiroideas son fundamentales para el metabolismo energético y la función muscular, si disminuyen sus niveles podemos encontrar síntomas como debilidad muscular, disminución de fuerza, fatiga, calambres, rigidez, peor tolerancia al ejercicio…e incluso hormigueos en manos y/o pies.
En la esfera uroginecológica, además de síntomas en relación con debilidad de suelo pélvico, podemos tener también estreñimiento , que en disfunciones como incontenincia urinaria , descenso de órganos pélvicos ….no nos favorece nada.
Con fisioterapia, podemos paliar estos síntomas mediante ejercicio adaptado. Es importante el tipo de actividad que te viene mejor a tí en tu contexto actual, y también es primordial saber cuánto ejercicio es el adecuado. Dosificar la actividad deportiva, no es fácil pero es fundamental tenerlo en cuenta.
Como ya comentamos en el artículo anterior donde hablábamos de la dosis hormética, poco ejercicio me perjudica, pero un exceso o una planificación inadecuada, tampoco me va a aportar beneficio.
La terapia manual y osteopatía pueden ayudar a disminuir los dolores, tensiones musculares y hormigueos. También podemos reducir la inflamación de bajo grado y mejorar el sistema nervioso autónomo.
En reeducación de suelo, podemos mejorar tu sintomatología y la función de esta esfera tan importante. La mejora de conciencia corporal de esta zona y la comprensión de cómo funciona nuestro cuerpo, es clave para no normalizar trastornos.
El dolor en relaciones sexuale s, la incontinencia urinaria o incluso el hipotiroidismo no significa normalidad.
Que sea frecuente en la población y a partir de cierta edad, no significa que sea normal o que sea propio del envejecimiento.
Si tienes alguno de los síntomas que hemos mencionado, no dudes en consultar.

Muchas veces en consulta se formula la siguiente pregunta: ¿Cuánto ejercicio hago y cuál es el que me conviene realizar?
“Me han dicho que correr es malo, que mejor natación o yoga…”
Es fácil que tengamos dudas al respecto, porque la verdad es que decidir cuánto ejercicio pautamos no es fácil. Podemos medir y cuantificar un suplemento o medicamento, pero ¿cómo hacemos con el ejercicio?
Para entenderlo mejor vamos a hablar de varios conceptos :exposoma, hormesis, homeostasis y capacidad alostática.
EXPOSOMA
El epidemiólogo Christopher Wild en 2005 acuñó el término exposoma como “conjunto total de exposiciones ambientales y factores endógenos que una persona experimenta desde su nacimiento hasta su muerte”.
Digamos que es todo aquello a lo que estamos expuestos , tanto externo (contaminación, luz, alimentación) como interno (hormonas, inflamación, metabolismo).
Esto incluye:
- Factores físicos (radiación, temperatura, contaminación)
- Factores químicos (fármacos, tóxicos, nutrientes)
- Factores biológicos (microbiota, virus, patógenos)
- Factores psicosociales (estrés emocional, relaciones interpersonales, nivel socioeconómico)
El exposoma es dinámico y cambia a lo largo del tiempo. Su impacto en cada uno, depende de la dosis, la frecuencia y la interacción con nuestra genética y epigenética.
HOMEOSTASIS
La homeostasis es la capacidad del organismo para mantener un estado interno estable frente a cambios en el entorno. Es decir, mi temperatura corporal es siempre la misma haga frío o calor. Mi glucosa en sangre se ajustará en función de mis necesidades para no sobrepasar unos límites ni demasiado altos ni demasiado bajos. Con el pH pasa lo mismo etc….
Es nuestro equilibrio interno. Y el exposoma vendrá a romper este equilibrio constantemente.
Cuando los cambios a los que tenemos que hacer frente son intensos o demasiado prolongados en el tiempo, entra en juego nuestra capacidad alostática .
CAPACIDAD ALOSTATICA
Cuando aquello que nos rompe el equilibrio es intenso o perdura mucho tiempo, por ejemplo estrés, inflamación crónica, ejercicio extremo, alimentación inadecuada…tendremos que adaptarnos a ello y si lo logramos, se producirán cambios positivos en nuestro organismo, que nos permitirán continuar con nuestro equilibrio. Es decir, NO enfermaremos.
Por ejemplo en el contexto del ejercicio físico, las personas que realizan deporte de manera regular desarrollan adaptaciones cardiovasculares para mantener un menor ritmo cardíaco en reposo, aumentan la eficiencia mitocondrial para producir energía, mejoran la sensibilidad a la insulina y la regulación del metabolismo de la glucosa, aumentan la masa muscular y ósea…etc…
Si esta carga alostática, es decir este esfuerzo por adaptarse al ambiente es excesivo o sostenido durante demasiado tiempo , entraremos en fatiga alostática , lo que podrá generar desgaste y enfermedades crónicas.Esta vez SI enfermaremos.
HORMESIS
Dicho todo esto, dentro del exposoma, algunos factores pueden actuar como horméticos , es decir, generar una respuesta beneficiosa en dosis bajas o moderadas, pero pueden ser dañinos en dosis altas.
Por ejemplo, el ejercicio físico en dosis adecuadas, mejora la fuerza, la resistencia y la salud metabólica. En exceso, genera inflamación crónica y riesgo de sobreentrenamiento.
La exposición al frío aumenta la producción de grasa parda, mejora la sensibilidad a la insulina y fortalece la termorregulación. En exceso, puede causar hipotermia y estrés oxidativo.
La exposición al calor (saunas, baños termales) mejora la circulación y reduce inflamación. En exceso, puede causar deshidratación y daño celular.
El selenio, zinc, hierro, cobre, manganeso…son esenciales en dosis bajas, pero tóxicos en exceso.
El ayuno intermitente o restricción calórica, activa la autofagia, mejora la longevidad y la sensibilidad a la insulina. En exceso, puede generar pérdida muscular, alteraciones hormonales y estrés metabólico.
Psicológicamente un estrés agudo controlado (retos, discursos en público, exposición a incertidumbre o riesgo moderado) Mejora la tolerancia al estrés y la neuroplasticidad, pero en exceso, puede generar agotamiento y trastornos de ansiedad.
"Todas
las cosas son veneno y nada es sin veneno, sólo la dosis hace que una cosa no
sea un veneno." Paracelso
(Dosis sola facit venenum.)
Ya lo dijo Paracelso en el siglo xv. Esta frase siempre me ha encantado y siempre la tengo presente.
Tendemos a totalizar, a querer recetas generales y simples. Pero ni somos simples como organismos, ni somos iguales unos y otros.
El objetivo no es evitar el estrés, sino exponerse a él en la dosis correcta para generar adaptación.
Pautar un ejercicio a un paciente, implica conocer no sólo su patología o lesión, sino su contexto del momento.
Si tienes dudas sobre qué práctica deportiva o actividad física es más adecuada para tí y cómo puedes iniciarla en tus hábitos, no dudes en consultar.







